» Entre nosotros, nadie estaba tranquilo… «, » Mirando hacia atrás hoy, creo que jugamos con fuego para mantenerlo armado en nuestras filas «, dice un policía de un distrito de París. Desde hace unos años hemos sido cautelosos, pero con el drama de la prefectura, también creo que puede convertirse en una caza de brujas. »

El gremio de La Policía, como otros más, no está exento de las políticas que incrustan los legisladores en Francia  o en cualquier otra nación occidental, gente con una » especial » forma de entender la vida penetra con sus ideas radicales o fanáticas en el campo de la Seguridad y podría aprovecharse de su estatus temporal o consideración de autoridad. Y esto puede ser un problema no solo para la institución a la que pertenece también, directamente, para el resto de coincidentes laborales que desempeñan sus labores exclusivas o de forma general para los propios ciudadanos.

Esto es un gran problema, naturalmente no se puede resolver en » dos días » tiene o lleva su tiempo, pero es indudable que hay un consentimiento de incluir a todo aspirante al acceso de estos gremios exclusivos ( como es La Policía ) o incluso casos, como el que nos ocupa, donde miembros de Seguridad caen en una supuesta atracción o debilidad de ideas radicales, [ el propio sujeto imbuido por estos pensamientos radicales llega a creer que es algo » normal » y/o que está en el camino correcto o simplemente desconoce que sus creencias suponen una amenaza, aún en un estado o situación de alerta anti-terrorista que de alguna manera lo vincula ] puede ocurrir en cualquier nación que sufre de masiva y descontrolada inmigración o que de alguna manera se percibe un sentido de » permisividad » con determinadas culturas contrarias ( o que es la antítesis ) a Occidente. Alguien puede ser de una determinada creencia, deporte, afición, pensamiento, etc., pero hay dentro de estos aspectos factores que pueden llevar a un sujeto a convertirse en una amenaza real para cualquiera. Y esta detección no pasa desapercibida por los que representan a la ley o que intentan mantener la paz social, por ello se adoptan medidas rígidas por el bien común, como podría ser apartar a alguien de sus funciones, sea de forma temporal o indefinida, para las que fue contratado o habiendo superado unas pruebas para la obtención de un título. Como se suele decir » nadie es imprescindible «.

Es un gran problema, porque, principalmente los políticos no facilitan la solución que ellos mismos han creado, además podría entenderse que determinadas situaciones pueden comprometer a otros agentes de La Policía, acaso con lo que se considera el estudio o investigación -párlese de » seguimiento «- de un agente con un comportamiento, vamos a decirlo así : » atípico «. Por no hablar de la posibilidad de que el agente se pueda sentir violado para su privacidad o vida personal, donde en muchos casos queda todo en un : » malentendido «. Aunque, ante la duda, se suele optar por una drástica medida, como se ha dicho por el bien de todos. La personalidad de un sujeto no siempre está interrelacionada al comportamiento de este, puede haber cambios de humor, estados de presión psicológica añadida o estrés laboral, entre otras patologías que hacen que una persona cambie repentinamente su forma de comportarse y, en el ámbito laboral también aparece, se supone que alguien que viste un uniforme representando a la ley está por encima de estos asuntos naturales, es decir, se cree que tiene una fuerza adicional para indirectamente conllevar o soportar estos supuestos que en realidad son : patologías. El ciudadano común no llega a comprender perfectamente estos factores del personal laboral de estos gremios exclusivos, pues los ven como seres inanimados, robots, o simplemente que están preparados para cualquier circunstancia extrema. Más aún, hay situaciones donde no existe manual o plan alguno reglamentario para resolver una especial situación -para el comportamiento específico de un agente- no obstante existen eso sí : protocolos, recomendaciones, etc., por ello se delega en el agente y en su jerarquía la forma de resolver -sobre el terreno- de la mejor forma posible una situación problemática o prevenirla.

De forma general, se insiste, por los expertos en Seguridad, en que un agente al vestir un uniforme o estando de servicio aparque estas ideas personales y privadas y se ciña a sus tareas propias sin exponer sus tendencias, gustos o preferencias ya que pueden ser objeto de análisis por terceros o sus jefes jerárquicos. Subsidiariamente nunca dejará de ser un agente en su vida privada, pero eso es otro asunto a tratar para lo que es la forma de llevar su vida o adaptarse a esta especial situación.